ASNO DE BURIDÁN
Un asno tan hambriento como sediento que se halle a la misma distancia de la comida y del agua acabará muriendo inexorablemente de hambre o sed salvo que reciba un leve empujón aleatorio en una u otra dirección. Esta metáfora es de Jean de Buridan, filósofo francés de la época medieval. (El asno de Buridán).
Cuando un sistema se atasca en un punto muerto peligroso, solo la aleatoriedad, lo podrá liberar.
La idea que hay detrás de todo esto es que la ausencia de aleatoriedad equivale a una muerte segura.
La aleatoriedad funciona muy bien para buscar cosas, a veces mejor que el ser humano.
En un experimento, sobre una tabla cuya superficie vibraba de manera constante, soltaban unas pelotas que empezaban a saltar y rebotar de manera totalmente caótica. Luego pulsaban un interruptor y las pelotas daban saltos de un modo ordenado y uniforme.
La magia de aquello era que el cambio del caos al orden no se obtenía eliminando el caos, sino añadiendo vibraciones totalmente aleatorias de baja intensidad.
El caos y la aleatoriedad es la vida, es tu crecimiento en forma de energía intangible.